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¿Qué es una ajumma? Y ¿cómo reconocerla?

ajumma de corea del sur

Conceptualmente una ajumma o ajoomma (아줌마) en coreano, es el término que se da a cualquier mujer casada o de mediana edad. Se podría decir que es el equivalente de lo que en latinoamérica conocemos como señora. Pero, ¡cuidado! No lo confundas con ajumeoni si bien ambos términos significan lo mismo, el último es más respetuoso, te explicamos porqué.

El punto común de ambos vocablos que sirve para acompañar el nombre de una mujer casada o de edad mediana, ajumma Suni o ajumeoni Haneul, por ejemplo. Esto se debe a que en Corea como en algunas partes de América del Sur llamar a una mujer de mediana edad solo por su nombre está mal visto.

¿Pero en que se diferencian? En que las ajumma son un grupo de individuos muy diferentes al resto de las mujeres coreanas, y a la visión de perfección del país Surcoreano. Descubre qué es una ajumma.

¿Cómo reconocer a una ajumma?

En la praxis el término ajumma trasciende la edad y el estado civil de una mujer, por lo que muchas coreanas pueden resentirse si la llamas de ese modo. Aprende a reconocer a una superpoderosa ajumma.

Modales toscos y pocos femeninos

  1. Tienen un apetito saludable pero generoso, es común que las ajummas lleven consigo su propia comida casera. Y las raras ocasiones que se disponen a comer en restaurantes, por lo general en compañía de otras personas, esperan obtener lo máximo a un precio bajo. Seguro pondrán en aprieto a más de uno, ya que para estas mujeres nada es suficientemente bueno, y no dudan en expresarlo.
  2. Son muy fuertes y decididas. Si en doramas acostumbras a ver que a las mujeres coreanas se les dificulta abrir una botella de agua, esto no sucederá con una ajumma, incluyendo a las “más débiles”, ellas son capaces de cargar un saco de arroz sobre sus hombros, mientras se abre camino a empujones.
  3. Caminan a buen ritmo, con pasos fuertes y un característico balanceo de brazo en un ángulo de 90° grados. ¡Ah! Y si el asiento está fuera de su alcance, que te no sorprenda ver como lanzan con precisión sorprendente, su cartera o alguna bolsa que lleven consigo con tal de asegurar su objetivo. No, no esto no es todo, en caso de que el asiento solo tenga espacio para ubicar medio trasero, una ajumma no tendrá problema en hacerse espacio suficiente para sentarse.
  4. No desaprovechan un descuento, su fuerza y audacia son clave para hacerse con los mejores descuentos. Para luego salir de la tienda a pasear por la ciudad con grandes y pesados paquetes en sus manos.

Vestimenta cómoda y descombinada

El outfit de la ajumma se compone de prendas holgadas, zapatos deportivos y una mezcla de llamativos colores, con diseños de cuadros, rayas o variopintos diseños. Cuando llega el verano usan diferente ropa al unísono, para evitar que su piel oscurezca.

Su vestuario lo complementa una enorme visera que protege su rostro del sol, o su defecto un sombrero con una bufanda, además de una chaqueta de vinilo roja, fucsia o cualquier otro “color que combine o descombine”. Y no podemos olvidar el carrito de mercado, que no dejan en casa, por si sale una oferta.

Bajitas y fuertes

Por lo general son sexsagenarias, aunque hay ajummas de menos edad, con una estatura promedio de 1 metro con 50 centímetros estas mujeres de complexión delgada o fornida destacan por su increíble fuerza y rudeza. Quizás se deba, por ser en su mayoría de clase obrera.

De sus cabeza, a pesar de estar cubiertas, destaca su corta melena negra con permanente, también las hay en tonalidades púrpura y rosa. Lo que sí es una constante son los rizos que las hacen ver más rudas, entre más crespo significa que están ocupadas en cosas relevantes, y no tienen tiempo para banalidades.

Risa espontánea y estridente

Una carcajada estridente y ronca, ni femenina ni masculina, es el sonido que emite una ajumma cuando algo le divierte, y sirve para divisarla a kilómetros de distancia. Estas risas impetuosas y ruidosas invaden los lugares de encuentro donde se reúnen la horda de ajummas, como parques, plataformas del metro, tiendas o cafeterías.

También son hábiles para hacer ruidos desconcertantes, comiendo, masticando y explotando chicles. Su voz aguda, risa y sonidos tampoco se hacen esperar al hablar por teléfono, lo que no te permitirá dormir en un trayecto largo si te la encuentras en un autobús por ejemplo. Y en espectáculos públicos, suelen aplaudir y cantar fuera de tono.

Juez, verdugo y conciliadora

Entre sus numerosos “talentos”, destaca sus dotes negociadoras y sociables para resolver problemas. Por lo que si tienes alguna discusión ya sea por teléfono, en una tienda o cualquier otro lugar, tener de tu lado a una ajumma es de gran utilidad.

Dentro de sus noblezas destaca que no son para nada timidas, si bien es cierto que a los coreanos no les gusta para nada esto. Para un extranjero en Corea del Sur, su capacidad para hacer amigos es un verdadero lubricante social, por lo que si te has perdido o quieres entablar una conservación en un parque o boda, busca a una ajumma.

Muchas de estas mujeres han sobrevivido a la escasez de la guerra, el matrimonio y la edad le dan un estatus de respeto y consideración en Corea del Sur. Y estas se aprovechan para ser intimidantes, mediadoras, jueces y general.

Ejercicios peculiares para mantenerse en forma

La ajumma ejecuta movimientos únicos para mantenerse en forma, una simple caminata parece no ser suficiente para esta mujeres. Por ello, incorporan a su rutina movimientos de brazos haciendo palmas adelante y atrás, y golpes en sus espaldas contra el tronco de un árbol, según ellas, mejora la circulación de la sangre.

En tiempo gélidos van en hordas a saunas coreanos, donde sudan la grasa, tratan la piel con barro o mascarillas y, en compañía de un buen té conversan, ríen viendo dramas en la tele.

Hacen verdaderas carreras por conseguir un asiento

Algunas ajummas pueden llegar a empujarte bien sea en la calle o en el metro para que salgas de su camino, al punto de ser confundida con un velociraptor. Cuando el tren va ingresando en la plataforma, la ajumma está atenta, buscando con la mirada un puesto vacío.

Ten la certeza de que apenas el tren se detenga y abra sus puertas, ella pegará una carrera, despejando el camino y sorteando obstáculos al mejor estilo de las olimpiadas. Mientras estés en Corea condúcete con precaución en las entradas de los vagones, escaleras mecánicas y aceras peatonales.

¿Dónde puedes encontrar a una ajumma?

  1. En K-dramas, películas o hasta en algunas letras de canciones de K-pop.
  2. En Corea del Sur suelen reunirse los fines de semana en parques, cafés o montañas tiñéndolos con abrigos colores fluorescentes.
  3. En el extrajero es habitual verlas en asentamientos surcoreanos.
  4. O en tu casa o vecindario, si has leído bien. Esta probabilidad puede ser muy real, para ser un ajumma no necesariamente debes haber nacido en Corea.

¿Qué recordar de las ajummas?

  1. No a todas las mujeres de mediana edad en Corea se les puede llamar ajumma, algunas pueden llegar a ofenderse.
  2. Si la encuentras en hordas y no sabes abordarlas o guardarles respeto, puede ser contraproducente.
  3. Ser fuertes e intimidantes le permite desempeñar diferentes roles en la sociedad, árbitro, jurado y abogada por ejemplo.
  4. Bajo su coraza puedes encontrar a una mujer amable y dispuesta a ayudarte, ellas logran sacarse de la manga una solución.
  5. Suelen ser buenas cocineras, y tienden a servir cantidades exageradas de comida.
  6. Su actitud de fiera puede hacer que el personal de una tienda o café corra presa del pánico en cuestión de segundos.
  7. Nunca te metas en el camino de una ajumma, son territoriales y puedes salir lastimado.
  8. Muchos coreanos dicen que hay tres géneros en ese país, el masculino, el femenino y la ajumma.
  9. Tienen la capacidad de distinguirse entre ellas, a kilómetros a pesar de llevar grandes cantidades de ropa encima.

Ámalas u ódialas lo único seguro es que la ajumma de Corea es todo un personaje. ¿Qué te ha parecido un miembro relevante del cultura coreana? ¿Tienes alguna ajumma en casa? Házmelo saber en los comentarios, si te ha gustado esta información no te olvides de compartirlo.

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Escrito por María Barrios

Soy de las que cree que por su sangre corre sangre coreana, aunque no tenga ni una pizca de apariencia. Sueño con un hermoso chico coreano que baile y componga una hermosa canción K-Pop para mí. 😍 Sé que también te dejas llevar por el mismo delirio, por eso estás aquí. ¡Bienvenido! 💕

One Comment

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  1. Es una delicia, saber y aprender de la cultura asiática, aquí en nuestro continente latino, también tenemos nuestra Ajumma, la mujer que día a día, gana las mejores batallas..
    Mis respetos para todas las ajummas del 🌎

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